Cuando todo parece perdido y la etapa de aceptación, que no resignación, casi estaba consolidada, entonces aparece la oportunidad de probar algo.
"No pierdes nada en probarlo" me dicen y así es.
El ruido será mi eterno villano. Ahora es el momento de volver a aprender a defenderme.
"Pensé que era el momento más decisivo de mi vida. Pero por alguna razón, me sentí aliviado... al instante de dejar el violonchelo, como si de repente dejara de estar atado. Lo que pensé que era mi sueño probablemente no era mi verdadero sueño."